Estaba dormida. De golpe le agarró frio y se levantó de la cama para agarrar un abrigo y cerrar la ventana. En parpadeo se levantó una tormenta; volaban las sillas del patio, las gotas gigantes de agua helada caian y hacían plaff contra la ventana, contra la mesa, el suelo, por todos lados. Se estaba mojando todo. Se apuró para cerrar la ventana pero el viento la detuvo un ratito con su fuerza, queriendo entrar a toda costa.
Cuando finalmente logró cerrarla y secar un poco el enchastre que la tormenta había hecho comenzó a marearse. Todo lo daba vueltas. Bruscas, sin razón. La tiraron al piso, y su cabeza le rozó una punta filosa de la mesa.
Se reincorporó y fue a lavarse la cara esperando que el agua fria la despierte un poco, la estabilice.
se mojó las mejillas y levanto despacio la cabeza para mirarse al espejo. Se quedo tildada unos segundos hasta que notó que habia algo que no andaba del todo bien. Su cara empezaba a derretirse como cera y se extendia por todo su cuello hasta la espalda. Y desde su hombro empezó a sentir un ardor que se hacia más fuerte. Toda la piel de su costado derecho se empezo a desprender de sus costillas hasta su espalda. Le quemaba, le dolía y gritaba de horror y espanto. La carne de sus musculos se desarmaba enfrente de sus ojos. Y ante aquel horror un bulto cayó al suelo. Provenia de su espalda. No era su carne, no era su piel. Era un bebé. Aun más horrorizada que antes saltó de donde estaba retorciendose de dolor para atrás. Se golpeo con todo lo que habia en su camino, pero del pánico que tenía ni lo notó.
Había una criatura, pequeña, desplomada enfrente suyo. Que había salido de su propia espalda sin razón alguna. No podía casi mirarla. Le daba mucha impresión. Pero después de unos minutos se animo a acercarse un poco para ver el estado del bebé. Y para el horror de sus sentimientos la criatura estaba muerta. Yacía ahi en el piso sin vida, aun caliente de haber estado 18 años dentro de un cuerpo caliente, con vida, el de su hermana.
Entró en desesperación, la invadió una sensacion de pánico , de terror. Ya no le prestaba atención a su cuerpo que se había desgarrado en dos, sino a la verdad con la que se habia enfrentado. Habia tenido una hermana, que compartió el vientre de su madre cuando nacían. Pero ella se habia apropiado de su cuerpito cuando tan solo eran unos embriones en formación, y ella indefensa habia crecido y muerto en el cuerpo de la otra.
Una verdad horrorosa que ahora atormentaba la cabeza de Ella. Salió, corriendo lo más rapido que pudo del baño donde estaba... ni siquiera se calzó, olvido el clima que había y entró a correr desesperadamente por las calles. Estaba oscuro, solitario, pero llovia como antes, o aun más fuerte. No había nadie, pero estaban todos. Risas macabras, risas de cuento de terror, respiraciones fuertes, cadenas arrastrandose, y unos pasos de botas viejas, como de verdugo, pisando vidrios, que por cada paso que daba se hacia más y más fuerte el ruido. Se estaba acercando. Y gritó!. Gritó lo más fuerte que pudo, tanto que despertó-
Su almohada estaba empapada en lágrimas, su cara irritada de tanto llorar, tenía frio y calor, su cuerpo estaba cubierto de sudor helado que la hacía temblar. Y tenía miedo. Busco Su pañuelo, su peluche y se durmió.
Cuando finalmente logró cerrarla y secar un poco el enchastre que la tormenta había hecho comenzó a marearse. Todo lo daba vueltas. Bruscas, sin razón. La tiraron al piso, y su cabeza le rozó una punta filosa de la mesa.
Se reincorporó y fue a lavarse la cara esperando que el agua fria la despierte un poco, la estabilice.
se mojó las mejillas y levanto despacio la cabeza para mirarse al espejo. Se quedo tildada unos segundos hasta que notó que habia algo que no andaba del todo bien. Su cara empezaba a derretirse como cera y se extendia por todo su cuello hasta la espalda. Y desde su hombro empezó a sentir un ardor que se hacia más fuerte. Toda la piel de su costado derecho se empezo a desprender de sus costillas hasta su espalda. Le quemaba, le dolía y gritaba de horror y espanto. La carne de sus musculos se desarmaba enfrente de sus ojos. Y ante aquel horror un bulto cayó al suelo. Provenia de su espalda. No era su carne, no era su piel. Era un bebé. Aun más horrorizada que antes saltó de donde estaba retorciendose de dolor para atrás. Se golpeo con todo lo que habia en su camino, pero del pánico que tenía ni lo notó.
Había una criatura, pequeña, desplomada enfrente suyo. Que había salido de su propia espalda sin razón alguna. No podía casi mirarla. Le daba mucha impresión. Pero después de unos minutos se animo a acercarse un poco para ver el estado del bebé. Y para el horror de sus sentimientos la criatura estaba muerta. Yacía ahi en el piso sin vida, aun caliente de haber estado 18 años dentro de un cuerpo caliente, con vida, el de su hermana.
Entró en desesperación, la invadió una sensacion de pánico , de terror. Ya no le prestaba atención a su cuerpo que se había desgarrado en dos, sino a la verdad con la que se habia enfrentado. Habia tenido una hermana, que compartió el vientre de su madre cuando nacían. Pero ella se habia apropiado de su cuerpito cuando tan solo eran unos embriones en formación, y ella indefensa habia crecido y muerto en el cuerpo de la otra.
Una verdad horrorosa que ahora atormentaba la cabeza de Ella. Salió, corriendo lo más rapido que pudo del baño donde estaba... ni siquiera se calzó, olvido el clima que había y entró a correr desesperadamente por las calles. Estaba oscuro, solitario, pero llovia como antes, o aun más fuerte. No había nadie, pero estaban todos. Risas macabras, risas de cuento de terror, respiraciones fuertes, cadenas arrastrandose, y unos pasos de botas viejas, como de verdugo, pisando vidrios, que por cada paso que daba se hacia más y más fuerte el ruido. Se estaba acercando. Y gritó!. Gritó lo más fuerte que pudo, tanto que despertó-
Su almohada estaba empapada en lágrimas, su cara irritada de tanto llorar, tenía frio y calor, su cuerpo estaba cubierto de sudor helado que la hacía temblar. Y tenía miedo. Busco Su pañuelo, su peluche y se durmió.

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