domingo, 30 de enero de 2011

Soñadores Cursis ^^

Acababa de volver de bailar con una amiga, después de reírnos demasiado y haber tomado un mate cosido en ropa interior; a las 7 am nos fuimos a dormir. Tarde unos cuantos minutos en conciliar el sueño. Estaba muy tentada con las frases graciosas que habíamos dicho durante la noche. El ventilador hacia ruido y yo no tenia una gota de sueño. Me acomodé lo mejor que pude, tomé la almohada que me habían dado de más y me apoye en ella como si fuera a abrazar a alguien. Bostecé y relajé cada musculo de mi cuerpo…

De pronto me encontraba en un espacio, no recuerdo bien sus características estéticas, pero era algo así como la parte de atrás de una casa colonial, un jardín. Estaban reunidos algunas caras conocidas, amigos, sus novios, creo que alguno de mis hermanos daba vueltas por ahí… Pero estaba una figura que era importante. Él estaba ahí, tan fiel como siempre. En fin, todavía no me daba cuenta que era lo que se suponía que hacíamos en ese lugar; pero todos actuaban como si hubiera alguna especie de misión o tarea grupal que debíamos cumplir. Yo no entendía nada, pero reaccionaba al igual que ellos y parecía que tenía automatizado qué tenía que hacer. Un grupo se reuniría en un cuartel acuático debajo de un océano oculto en no se dónde (En un sueño uno no suele recordar esas cosas). Lo que si me acuerdo es que debían tener un equipo especial para poder respirar. Y yo claramente no lo tenía, aunque todavía no me habían dicho que me correspondía ese lugar. Otros por su parte tenían que responder a órdenes del cuartel terrestre, que quedaba justo en la superficie del cuartel acuático. Ese lugar no tenía complicaciones físicas para poder entrar, sino que a su alrededor estaba lleno de criaturas feroces dispuestas a devorar a quien se les cruzara por enfrente.

Yo no lo daba mucha bola a nada especifico, salvo a él. Me pasaba algo en el cuerpo, como si quisiera todo el tiempo estar cerca de él, tocar su piel, que me de la mano, que me salve de los peligros o que me explicara que tenía que hacer. Yo respondía a todo lo que él me dijera, era palabra santa. Y así lo hacía, lo que él me indicara lo hacíamos juntos. Porque éramos como pareja de trabajo, teníamos que ir juntos a todos lados, y debíamos protegernos. Me encantaba.

Tengo vagos recuerdos de un hombre de metal, al estilo X-men, alguien que tuviera algún que otro poder especial. Pero más que nada lo recuerdo a él. En el sueño estaba como obsesionada, quería darle la mano, un beso, estar con él. Y él no demostraba lo contrario. En cada instante que nos encontrábamos a solas, como pareja de investigación o trabajo, aprovechábamos los dos para echarnos alguna mirada sospechosa o insinuante, sonreíamos pícaros y en varias ocasiones hacíamos estupideces para rozarnos las manos o mimarnos un poco. Cualquier cosa era una escusa. Pero no podíamos hacer otra cosa, era como si nos tomáramos muy enserio el hecho de que éramos pareja de trabajo y no podíamos involucrarnos. Además de que éramos supuestamente amigos.

De golpe me vino un flash de una escena en que teníamos que bajar al cuartel acuático. Y no teníamos los instrumentos necesarios, no, si los teníamos. Pero solo un equipo, no hace falta decir que éramos dos. Después de discutir un tiempo lo que íbamos a hacer decidimos bajar los dos turnándonos el equipo para poder respirar. No queríamos separarnos, eso no era una opción. Comenzamos a descender y todo iba de maravillas, hasta que aparentemente algo nos ataca, y como es de costumbre en las mujeres ser las víctimas que son rescatadas por sus príncipes., algo me ataca por la espalda y quedo inconsciente (aunque yo continuaba viviendo la escena desde afuera de mi cuerpo, como si lo mirara por una cámara). Logra, arrastrándome, llegar al cuartel donde me hacen como una rehabilitación y mientras me recupero él siempre a mi lado.

Muy romántico, muy tierno, muy todo lo que yo quiero porque es un sueño, mi sueño. Jajajaja.

En fin, cuando desperté, con una lagrimita cursi en su rostro perfecto me dijo que se había asustado mucho por mi, que creyó que me perdería, y cuando notó que estaba insinuando, mejor dicho expresando explícitamente lo que sentía por mi, se quedó helado. Quieto. Pensando que podía decir para intentar explicar que lo que acababa de declarar no era tan así como sonaba. Yo simplemente me limite a sonreír. Me abrazó, muy fuerte, y besó mi frente. Yo, por mi parte, me sentía feliz.

Sí lo sé, uno puede ser tan cursi como sea posible en cualquier momento. Uno puede sentirse la princesa de un príncipe. Uno puede sentirse hermoso cuando quiere, querido, amado. Acompañado, sentirse feliz. Y eso es lo que te deja hacer los sueños ¿o no? Acaso no somos libres de soñar lo que queremos, cualquier cosa, aunque a veces no sean voluntarios los sueños, uno puede de vez en cuando soñar medio despierto. Y elegir algunas cosas… Jajaja que lindo que es soñar, imaginarse cosas, todo lo que uno quiere, cómo quiere. Mezclar realidades con ficciones, flashearla al mango. Me encanta. Simplemente me encanta soñar. Amo soñar. Son fantásticas las cosas que uno puede crear con la mente y un par de recuerdos momentáneos. Aunque lo genial es poder recordarlo entero después.

“Para todos los soñadores cursis como yo, para todos aquellos que se animan a soñar lo que quieren y no temen tener imágenes en la cabeza, para los que no les da vergüenza las cosas que les gustan.”

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